S&P retrasa la reactivación del crédito a 2025 por los tipos y la desaceleración

S&P retrasa la reactivación del crédito a 2025 por los tipos y la desaceleración

Los tipos de interés continuarán pasando factura a la banca en términos de negocio crediticio y habrá que esperar a 2025 para que la cartera comience a remontar sin demasiados bríos. Son las proyecciones de la agencia de rating Standard & Poor’s, que augura un comportamiento plano en 2024 o, incluso, un retroceso adicional del 0,5%, para volver a la senda de expansión en el stock financiado un año después, con repuntes discretos de entre el 1 y 2%. La banca es más optimista y, aunque admite que el regreso de la financiación será progresivo, sí que espera dar la vuelta tras el verano al fuerte desapalancamiento que la economía lleva sufriendo más de una década y se ha agravado con la subida de tipos.

La decisión del Banco Central Europeo (BCE) de subir de -0,5 al 4,5% los tipos para frenar la inflación y las incertidumbres que sobrevuelan sobre las economías hicieron mella el pasado año en el crédito, con un descenso del 3,99% en el stockEl principal lastre fueron las hipotecas porque la nueva concesión se contrajo un 15% y las familias apresuraron además la amortización acelerada de sus préstamos para compensar el impacto del euríbor en sus cuotas de amortización, aunque las empresas limitaron también su demanda préstamos, en muchos casos, a exclusivamente mantener el circulante.

S&P ve difícil que este año la nueva demanda de hipotecas compense las amortizaciones, incluso, aunque se normalicen porque el euríbor continúa alto y la expectativa es que descienda. Será en 2025, «si hay un poquito más de dinamismo en la actividad comercial» y menos incertidubre, cuando la reactivación de los proyectos de inversión de las empresas provocarían la inflexión, exponen fuentes de la agencia de rating.

La situación no va, sin embargo, a dañar la rentabilidad a corto plazo de la banca y S&P estima que este año se mantendrá en umbrales similares a 2023 o, incluso, mejores porque parte de la cartera financiada continuará repreciándose hasta junio dado que el euríbor comparable del año pasado fue inferior y las entidades han hecho bien los deberes en materia de costes. La rentabilidad media de la banca cotizada calculada sobre patrimonio tangible (RoTE) saltó el pasado año desde el 11,21% al 14,83%, con horquillas de entre el 11,49% de Bankinter y el 17% de BBVA.

En su opinión, el margen financiero puede crecer por la repreciación de precios «en torno al 2-3%» y los ingresos por comisiones en otro 1%. Con los costes controlados como los tienen las entidades, encuentran así palancas para preservar el beneficio récord firmado el año pasado. Sin embargo, en 2025 la situación cambia y S&P estima que «puede haber menor rentabilidad y menor beneficio neto», aunque continuará siendo «un beneficio saludable».

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